lunes, 23 de febrero de 2009

Un Magangué Sin Dolientes

Por: Julio Alberto Caro Díaz

No me crean tan estùpido.


Muchos de nosotros, en alguna ocasión hemos pecado de estúpidos. No lo hemos hecho basados en la ignorancia, ya que son dos cosas parecidas pero muy distintas. El estúpido da importancia a lo que no la tiene, a lo fútil y explica fenómenos banales que no ne­cesitan explicación. No aprende cosas nuevas sino que se repite. En una discusión, no se apoya en argumentos. Le gusta lo superficial y no echa de menos otras dimensiones del pensamiento. El ignorante es inculto y está completamente desinformado del desempeño de la humanidad.. Considera como propia, y producto de su solo desempeño, cualquier información que al azar encuentra sobre cualquier tema; pero considero que hemos pecado de estúpidos cuando caemos repetidamente en la misma trampa que nos ponen quienes en cada época electoral vienen nos echan el mismo cuento, reparten la misma plata, se eligen y se van, eso lo sabemos de sobra, por eso no podemos decir que pecamos de ignorantes… “En lo social, el estúpido usa las palabras sin poner atención en su sentido. Se niega a prestar atención a las razones expuestas por los otros. No toma en cuenta la realidad. Convierte en víctimas a las per­sonas sensatas, expuestas a su torrente de palabras. Algunos pensadores califican la estupidez como una agresión contra la sociedad. El estúpido llega a ejercer un «terrorismo intelectual» sobre su entorno porque, en la conversación, impone lo irrele­vante, salta entre temas y conti­nuamente se autoelogia. El ser inteligente, por el contra­rio, muestra una disponibilidad hacia lo real”.
La situación que vivimos los magangueleños nos hace victimas de algunos de estos estúpidos, que inmersos en su propia gloria, se creen dueños de la verdad, capaces de influir de manera definitiva en la sociedad y se dedican a utilizar los medios de que disponen para atacar a quien no satisface sus necesidades o exigencias personales. El lío jurídico que nos tiene sin alcalde y por ende estancados en la cloaca del atraso social y moral en la cual sólo se mueven y sacan provecho algunos seres propios de estos ambientes, parece no importarles, aprovechan los espacios que tienen para buscar su propio bienestar camuflando sus oscuras intenciones bajo el disfraz del “amor” que dicen sentir por nuestra tierra. Amor por Magangué. Estas tres palabras encierran mucho, demasiado para estos desalmados que ciegos por su codicia y afán de lucro personal nos creen estúpidos. Nadie que le haya hecho daño a Magangué puede decir que le ama; mucho menos si ese alguien le causó daño a Magangué ya sea por acción o por omisión, o por ambas cosas. Por acción porque habiendo ostentado un cargo desde el cual incidió directamente en el daño hecho a nuestra ciudad no hizo absolutamente nada para evitarlo, antes por el contrario guardó un silencio cómplice ante todo lo que sucedía y sólo Dios sabe si recibió alguna recompensa por esa omisión. Cabe aquí preguntarse ¿por qué quienes alzan su voz de denuncia hoy, callaron de forma descarada hace apenas unos meses, por qué no denunciaron antes cosas más graves que las denunciadas ahora?. Ellos y Dios saben por qué lo hicieron o por qué no denunciaron.
De todas formas en lugar de dedicarse a influenciar a una comunidad indefensa o creerse los dueños de la verdad, deberían demostrar sus buenas intenciones llevando a cabo verdaderas investigaciones sobre tanta inmundicia que existe en la ciudad. Algunos medios de comunicación deberían preocuparse menos de hacer encuestas políticas y de servir de caja de resonancia a quienes nos creen tan estúpidos como para elegirlos en cualquier cargo y, preocuparse más por denunciar, investigar y destapar la forma como manejan los dineros públicos o por la forma como algunas empresas de servicios públicos abusan de la comunidad, ¿por qué en Magangué desde que llegó la empresa de TV. Cable la gente pobre perdió la señal de la TV. Nacional y tiene que afiliarse obligatoriamente a cualquier plan; por qué el agua sigue llegando cada cuatro días y no apta para el consumo humano, por qué nuestras calles se llenan de basuras cada vez que a la empresa de aseo le viene en gana, por qué nuestras calles parecen caminos de herradura en la luna. Por qué la gente se muere por la falta de un hospital público que atienda cualquier emergencia y por qué este pueblo se tiene que aguantar todo esto sumido en una ola de temor generalizada? Yo invito a todos los medios de comunicación local a que toquen estos temas, eso sí, llevando hasta el final dicha investigación y no continuar distrayendo a la ciudadanía tocando superficialmente cualquier tema. Es decir utilizar las herramientas que tienen y desenmascarar a tanto hipócrita que dice amar a Magangué.
Los magangueleños somos gente buena, pasiva, aguantadora, honesta, mansos; pero jamás seremos estúpidos.

2 comentarios:

  1. Muy bueno fomentar estos espacios de pensamiento y opinión por nuestro añorado Magangué, que dicho sea de paso, atravieza la peor crisis de gobernabilidad, institucionalidad, credibilidad, esperanzas y finanzas de toda su historia.
    La cultura de lo fácil y sin el menor esfuerzo, aunado a la pérdida de valores, se ha enrraigado en varios sectores de la comunidad.
    Nuestro municipio está como para una tercera refundación a cargo de Don Antonio De La torre y Miranda.

    ResponderBorrar
  2. ayudemos a magangue, porque magangue no solo es del alcalde de turno si no de todos nosotros...los invitos a que todos metamos las manos a amasar esta arina rígida!!

    saludos

    ResponderBorrar