sábado, 27 de junio de 2009

Función de los Medios en la Democracia

ACE Electoral Knowledge Network
Resulta una obviedad decir que los medios de comunicación cumplen una función esencial para el debido funcionamiento de la democracia. Las discusiones sobre las funciones de los medios usualmente se enfocan en su papel de "vigías": por
Justificar a ambos ladossu indiscutible escrutinio y examen sobre los éxitos o fracasos de un gobierno, los medios pueden informar al público sobre que tan efectivamente se han desempeñado sus representantes y ayudar a que rindan cuentas de sus actos. Pero los medios también pueden cumplir una función más específica, la de posibilitar una plena participación pública en las elecciones, no sólo informando sobre el desempeño del gobierno, sino de muchas otras formas:
  • Orientando a los electores sobre como ejercer sus derechos democráticos. * Informando sobre el desarrollo de las campañas.
  • Ofreciendo una plataforma para que los partidos políticos difundan su mensaje entre el electorado.
  • Permitiendo que los partidos debatan entre sí.
  • Supervisando el escrutinio de los votos y anunciando los resultados.

Los medios no constituyen la única fuente de información de los electores, pero en un mundo dominado por las comunicaciones masivas, son ellos los que determinan la agenda política, incluso en los rincones tecnológicamente menos desarrollados del orbe. Así, por ejemplo, los grupos de observación electoral hablan hoy en día rutinariamente sobre el acceso a los medios y su cobertura de las elecciones como un criterio básico para juzgar si son o no equitativas. Al mismo tiempo, el monitoreo de los medios durante los períodos electorales se han convertido en una práctica cada vez más común, empleando una combinación de análisis estadísticos y de discurso así como técnicas de estudio de los medios para medir si la cobertura ha sido equitativa o no.

En este sentido, entran en juego tres series de derechos interrelacionados:

  • El derecho de los electores a realizar una elección plenamente informada.
  • El derecho de los candidatos a divulgar sus políticas.
  • El derecho de los medios informar y expresar sus opiniones sobre asuntos de interés público.

Desde luego, estos derechos, que en esencia constituyen componentes del derecho a la libertad de expresión garantizado por el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, están vigentes en todo momento, no sólo cuando esta en curso una elección. Pero ha sido la gran formalidad de los procesos electorales - el hecho de que son conducidos de acuerdo con procedimientos claramente establecidos en la ley- lo que ha estimulado el interés de todos los involucrados en asuntos sobre la libertad de los medios.

El que tanto se respeten la libertad y el pluralismo de los medios durante un período electoral puede ser un indicador muy sensible del respeto a la libertad de expresión en general -una precondición esencial en sí misma para el funcionamiento de la democracia. De igual forma, una elección puede representar una oportunidad ideal para sensibilizar a las autoridades sobre su obligación de respetar y fomentar la libertad de los medios de comunicación y a estos sobre su responsabilidad de respaldar los procesos democráticos.

Esta área temática está concentrada fundamentalmente en la responsabilidad de los administradores electorales en desarrollar un marco normativo de las actividades de los medios de comunicación durante los períodos electorales y fomentar su libertad. Sin embargo, mucho de esto también puede ser de gran valor para otros actores, como los partidos políticos y los periodistas o comunicadores mismos.


martes, 26 de mayo de 2009

EL PROBLEMA DE MAGANGUÉ SOMOS NOSOTROS MISMOS

EL PROBLEMA DE MAGANGUÉ SOMOS NOSOTROS MISMOS.

Por: Julio Alberto Caro Díaz

Por estos días es común encontrar en cualquier esquina gente hablando sobre los problemas que nos aquejan a los magangueleños, la mayoría, si no todos, coinciden en que el problema son los políticos; son ellos quienes nos tienen jodidos dicen casi que en coro, es más, individualizan a los supuestos responsables y dicen no volver a votar jamás en su vida por ninguno de ellos… Pero ¿será la clase política tradicional la verdadera y única responsable del estado de postración en que se encuentra nuestra ciudad, qué tan cierto es esto?

Los magangueleños somos dados a eso a echarle la culpa de nuestra situación a otros que, si bien es cierto, literalmente se han robado los dineros públicos, siguen allí donde están porque nosotros se lo permitimos. Cuántos de nosotros nos hacemos elegir en una Junta de Acción Comunal, Juntas Administradoras Locales (JAL), en una Veeduría, en un Consejo de Seguridad Social, en la Junta Directiva de una Cámara de Comercio, Sindicato, Tránsito, etc. etc. sin otra intención que la de figurar o buscar beneficios personales dejando de lado el beneficio común. Lo que nunca se deja de lado es la crítica, todos somos buenos para eso y en especial quienes hacen parte de alguna organización de las aquí nombradas que se olvidan que cuando hacen parte de estas organizaciones cuentan con las herramientas para contribuir al mejoramiento de la ciudad.

En época electoral “los líderes” aparecen como la altamiza después de creciente, los puya ojo, los magníficos, los talibanes, entre otros, llegan a invadir todos los comandos políticos ofreciendo no menos de cien votos cada uno, cuando no se puede confiar ni en el de ellos mismos toda vez que lo venden a varios aspirantes a corporaciones públicas. Los “lideres” van a la comunidad y se encargan de presentar a los candidatos a sus vecinos y familiares, quienes saben que en esas reuniones solo hacen “bulto” para que el o los candidatos vean que dicho “líder” tiene gente; nadie se interesa por desenmascarar a uno u otro protagonista de la reunión, entre otras cosas porque los asistentes también van en busca de algo que sólo le dará beneficio personal. Todos sabemos que las buenas intenciones que dicen tener quienes aspiran a ser elegidos, no existen, que apenas logren el objetivo se dedican a recuperar “la inversión” multiplicada por diez. En Magangué no hemos sido capaces de castigar a los hijos malvados que ha parido esta tierra bendecida por Dios (quizá por eso no ha desaparecido). Aunque la nueva Constitución Política de Colombia nos abrió la posibilidad de ser nosotros los ciudadanos quienes elegimos a quienes administren la ciudad y el país, nos dejamos embolatar de una clase política corrupta e inmoral que sólo ve en nosotros a unos idiotas útiles que sirven de escala para apoderarse del botín que representa la alcaldía municipal de Magangué. Nosotros, el pueblo, seguimos como simples espectadores mirando y criticando el partido, no desde las graderías, sino desde el piso duro y frío del desempleo, la falta de educación, de buenos servicios públicos, de salud, agua potable, alcantarillado, de seguridad, etc. etc., mientras tanto seguimos criticando, olvidando que es a nosotros, a los verdaderos culpables de nuestra situación actual, a quienes nos corresponde tomar los correctivos necesarios para que esos desalmados vallan a peinar galápagos y poner al frente de la ciudad a quién en verdad le interese solucionar nuestros problemas, no el suyo propio.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Natural de este Puerto

Nosotros (Los Magangueleños), hemos vivido  con la convicción de que somos gente buena, hace poco más de 20 años, en la época que nacieron nuestros últimos medios escritos locales, al narrar las noticias sobre casos delictivos ocurridos en nuestro pueblo, al referirse a sus culpables o protagonistas, decían que eran procedentes de otras zonas del país o de la capital de algún  departamento de la costa, últimamente los protagonistas de estos hechos son en su mayoría nuestros paisanos, y no sé si por vergüenza de nuestros comunicadores o por respeto al nombre de nuestro amado pueblo se usa escribir la coloquial frase "natural de este puerto".

 

Esto nos lleva a reflexionar sobre el grado de degradación que ha tomado nuestra sociedad Magangueleña, donde hemos aprendido a delinquir a todos los niveles.

Culpables de esta degradación seguramente encontraremos muchos, y cada quien apuntara el dedo contra el otro, pero personalmente yo me declaro culpable ya que en particular nunca me interesó quien administraba nuestro pueblo, (pensé que no era problema mío), hoy cuando la inseguridad nos está tocando a todos, veo el daño que le ha hecho a nuestro pueblo el desinterés de muchos magangueleños .

DonaldoLara
"Natural de este Puerto"

 


domingo, 26 de abril de 2009

OBJETIVIDAD CERO

OBJETIVIDAD CERO


Por: Julio Alberto Caro Díaz


“La objetividad es la cualidad de lo objetivo, de tal forma que es perteneciente o relativo al objeto en sí mismo, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir. En sentido ético la objetividad de un sujeto está relacionada con planteamientos tan epistémicos como morales. La encontramos habitualmente formulada en términos de neutralidad, imparcialidad, o impersonalidad.” Es decir que, por ejemplo, en el ámbito periodístico se debe apartar cualquier sentimiento de gratitud, odio, rencor, amistad, etc., para informar sobre cualquier tema.

Ser objetivo en esta ciudad, es además de difícil casi que imposible; aquí la gran mayoría de medios de comunicación y periodistas se dejan arrastrar por cualquiera de los sentimientos expuestos y se explayan en elogios, vituperios o ataques, según sea el caso, a favor o en contra de X o Y persona, algunos pasan por alto el desempeño nefasto de quienes en algún momento han administrado la ciudad con tal de ser tenidos en cuenta en futuras o eventuales nuevas administraciones. Otros, llevados por el temor o la conveniencia política y económica, dejan de lado la faceta violenta, intolerante e intransigente de algunos candidatos a corporaciones públicas, para hacerlos ver como una opción de progreso y bienestar para toda la comunidad cuando en realidad son responsables directos de la situación que se vive actualmente. Algunos medios se reservan su derecho a publicar noticias, artículos o escritos que toquen a sus amigos, jefes políticos, patrocinadores o peor aun, a cualquier empresa pública o privada con la cual se tenga vinculo contractual de alguna naturaleza; pero cuando alguno de estos “amigos o patrocinadores” necesitan desacreditar a determinada entidad o persona la información suministrada sale a la luz pública aunque luego haya que rectificar, cosa que importa poco porque ya el daño se hizo y se logró el objetivo principal de sembrar la duda o justificar cualquier acción en contra de esa entidad o persona específica.

Ante esta falta de objetividad de algunos medios de comunicación y de otros tantos periodistas de nuestra ciudad surgen dos grandes alternativas. WWW.MAGANGUEONLINE.COM y WWW.MAGANGUE.BLOGSPOT.COM estos sitios han sido creados por Hebert Sierra Castro y Donaldo Lara Rojas, dos magangueleños que aunque se encuentran fuera de nuestro amado terruño, viven preocupados por la situación de esta tierra de corazón abierto al mundo entero que, como digo y repito en varios de mis escritos sigue altiva y ofreciendo miles de oportunidades a quienes la habitan. En estás paginas virtuales, podemos dar a conocer nuestras opiniones siempre buscando el bienestar de Magangué y su gente, sin atentar, eso sí, contra la honra o la intimidad de nadie. A sus creadores gracias por regalarnos este espacio que se encuentra abierto, como ya dije para todos y para todas, aportemos nuestras ideas y todo cuanto nos sea posible para hacerlos crecer y por qué no convertirlos en medios escritos en el futuro. Sigamos pues contribuyendo para se mantengan sirviendo de puente entre nosotros, nuestro pueblo y las colonias magangueleñas en todas partes del mundo sin dejar de ser objetivos.



sábado, 28 de marzo de 2009

EN BUSCA DE LA GUACA PERDIDA

Julio Alberto Caro Díaz

Meditando un día, sobre los problemas que nos aquejan a los magangueleños, me acordé de una parábola que había leído hace algunos días. Decidí publicarla con el único ánimo de que quienes la lean mediten muy bien sobre las verdaderas intenciones de tantas personas que dicen amar a Magangué y en nombre de ese “amor” nos tienen JODIDOS. O de quienes aprovechando el raponazo del somos víctimas, quieren apropiarse del presupuesto municipal y lo buscan cual vulgar guaca. Cualquier parecido o semejanza con la situación de nuestra ciudad es PURA COINCIDENCIA.

La Zorra y el León

Un día los habitantes del bosque se reunieron en consejo para tomar una decisión muy importante. Había que solucionar urgentemente un problema. “habrán advertido, - empezó el Golero- que hay frecuentes peleas entre los habitantes de nuestro bosque y nuestros vecinos. No sería mejor que encargásemos a alguno de nosotros para apoyar nuestras razones y defender nuestros derechos”. “Óptima idea es la tuya –comentó el conejo- así podremos dedicarnos a las labores domésticas con paz y tranquilidad, sin tener que mirar quién está a nuestras espaldas”.

Y empezaron las discusiones: Uno quería elegir al Tigrillo porque tienen el paso tan silencioso que puede acercarse a cualquiera sin que lo vean. Otro prefería al ratón, porque puede meterse por todas las rendijas y prevenir las jugadas del enemigo. Había quien optaba por el elefante, porque con sus bramidos se impondría ciertamente a los demás. ¡ Se equivocan! – “dijo la mica yo opino que debemos elegir al que sea más astuto y más fuerte”. Todos estuvieron de acuerdo. Pero cuando se trato de decidir quién era el más astuto y más fuerte, empezaron de nuevo las contiendas y con esto se disolvió la asamblea. Durante la noche, la zorra fue a ver al león. Mire, amigo, le digo – es sabido que yo soy la más astuta de todos los animales y que ninguno le iguala en fuerza a usted. Qué le parece si trabajamos juntos? Lo que no se ha encontrado nunca en un animal sólo se encuentra centuplicado en nosotros dos. Al día siguiente, los dos candidatos, León y Zorra, se ganaron el favor del pueblo. Los eligieron como sus administradores y defensores. Sin embargo, no se habían todavía apagado los gritos de alegría por la elección de la Zorra y el León como representantes del pueblo, y ya la gallina estaba en la fauces de la zorra. Pero… - Decía la infeliz gallina – la hemos elegido para defendernos! ahora nos paga así?. “Bien ves que mis ocupaciones no me permiten ir a cazar. Además necesito un alimento abundante y sustancioso. Tu debes ser valiente. Sacrifícate por el pueblo como lo hago yo” dijo la zorra y se dispuso a comerse a su presa. “Déjame, por favor que yo soy también del pueblo – gimoteaba la gallina – no me obligues a llamar al león”. Pero aunque lo hubiera llamado, éste no hubiera acudido porque estaba ocupado al comerse al tigrillo. “Me parece que nuestros representantes se alimentan y banquetean y se divierten a costa nuestra” – Se atrevió a decir el conejo. “Es verdad – susurró la gacela – pero callémonos por favor, si no queremos acabar como la gallina y el tigrillo”.

Al día siguiente, la gacela y el conejo amanecieron, no se sabe cómo, víctimas de un accidente y acabaron en el plato de sus representantes. Pronto se extendió el terror por toda la selva. Hasta la crítica más pequeña al régimen era oída por la zorra y castigada por el león. De modo que, uno tras otro, los animales se vieron obligados a irse del bosque y pedir asilo político a sus amigos de los alrededores y mientras los pobres exiliados se alejaban silenciosamente, el golero desde lo alto de una roca silbaba una canción que comenzaba así:

“Si entre desdichas mil no deseas vivir, a violentos y astutos cuida de no elegir.
Porque quienes se dejan llevar del desespero terminan viendo solo un chispero”.


UN PUEBLO QUE NO CONOCE SU HISTORIA ESTÁ CONDENADO A REPETIRLA

Tomado del libro “COLECCIÓN DE PARÁBOLAS” de Carlos Augusto Carvajal Durán y Gonzalo Romero Becerra. publicado en San Gil el 15 de noviembre de 2002

lunes, 2 de marzo de 2009

Mamá ¿Dónde Están Mis Juguetes?

Por: Julio Alberto Caro Díaz

María Camila(*) es una niña de escasos cuatro añitos. Ella al igual que sus dos hermanos y sus más de 150 amiguitos reside en Puerto Nariño. Puerto Nariño es una vereda que junto a Madrid y Guazo pertenecen a la jurisdicción del Municipio de Magangué, Departamento de Bolívar.

Hace algo más de tres meses María Camila y el resto de habitantes de estos corregimientos no saben lo que es caminar sobre suelo firme; le toca hacerlo sobre canoas o sobre “tambos” improvisados para contrarrestar el nivel de las inundaciones que suben un promedio de 8 centímetros diarios. En su inocencia ella disfruta mirando este fenómeno, pero con el pasar de los días su piel va sintiendo los estragos de tanta humedad. Su único juguete es el agua y ya está aprendiendo a manejar un canalete y una guadua, utensilios con los que son impulsadas las canoas por las estrechas calles de esa población.

En las tres o cuatro navidades que María Camila ha vivido no sabe que es un juguete. Sólo este año, cuando el sacerdote que les visita semanalmente le dijo a su mamá que estaba haciendo lo posible para llevarle unos juguetes a los niños en esta navidad, la niña supo de qué se trataba; cuando la escuchó que de pronto les llevaban juguetes, le preguntó a su madre: ¿mami qué es un juguete? Su madre le explicó que eran unos aparatitos que imitaban carritos, bebes, aviones etc. María replicó entonces: ¿MAMÁ Y DONDE ESTÁN MIS JUGUETES? La madre solo atinó a balbucear entre lágrimas la dolorosa excusa de la falta de dinero como consecuencia de la creciente que le impide a su esposo cultivar la tierrita para ganar lo necesario para subsistir y poder brindarle a sus hijos lo que cualquier niño merece. Además, le dijo, hija el agua no te dejaría utilizarlos, pero te prometo que si el padre trae juguetes haré lo posible para llevarte a Magangué para que juegues con otros niños.

Lo doloroso de esta historia es que mientras miles de niños como María Camila no cuentan con un juguete para navidad nuestros gobernantes se emborrachan en el capitolio nacional y aprueban leyes y decretos que solo los benefician a ellos. Cuando esta niña pregunta por sus juguetes en un lugar de Colombia del que muy pocos han oído hablar, en las grandes ciudades se derrochan miles de millones de pesos en adornos navideños y se gasta dinero en cosas que en nada benefician a la comunidad. Mientras que esos niños duermen y viven entumecidos por la humedad, los ministros, senadores y demás andan en carros blindados, viajando por el mundo dándose la gran vida a costa de todos los colombianos. Mientras esto sucede e escasos 15 kilómetros de la cabecera municipal, en Magangué no hay alcalde debido a intereses mezquinos de algunos grupos políticos que se pelean el presupuesto municipal. Quizá Puerto Nariño no fue censado por la Cruz Roja y si lo censaron las ayudas no se ven aun. Por eso es posible que María Camila y sus amiguitos no puedan ver un juguete en esta navidad, pero la angustia de su madre será mayor que en años anteriores cuando sus niños no le habían preguntado: MAMÁ QUÉ ES UN JUGUETE.

Este artículo fue publicado en la Revista Semana Virtual el 22 de diciembre de 2008, en la actualidad estos niños están necesitando útiles escolares y ropa. En caso de que algún lector quiera donar cualquier cosa para estos niños por favor comuníquese al celular 312 6132410 o envíenlo a la Calle Padilla # 6 A 106 Barrio Córdoba Magangué Bolívar, Colombia. Dios les pagará.

lunes, 23 de febrero de 2009

Un Magangué Sin Dolientes

Por: Julio Alberto Caro Díaz

No me crean tan estùpido.


Muchos de nosotros, en alguna ocasión hemos pecado de estúpidos. No lo hemos hecho basados en la ignorancia, ya que son dos cosas parecidas pero muy distintas. El estúpido da importancia a lo que no la tiene, a lo fútil y explica fenómenos banales que no ne­cesitan explicación. No aprende cosas nuevas sino que se repite. En una discusión, no se apoya en argumentos. Le gusta lo superficial y no echa de menos otras dimensiones del pensamiento. El ignorante es inculto y está completamente desinformado del desempeño de la humanidad.. Considera como propia, y producto de su solo desempeño, cualquier información que al azar encuentra sobre cualquier tema; pero considero que hemos pecado de estúpidos cuando caemos repetidamente en la misma trampa que nos ponen quienes en cada época electoral vienen nos echan el mismo cuento, reparten la misma plata, se eligen y se van, eso lo sabemos de sobra, por eso no podemos decir que pecamos de ignorantes… “En lo social, el estúpido usa las palabras sin poner atención en su sentido. Se niega a prestar atención a las razones expuestas por los otros. No toma en cuenta la realidad. Convierte en víctimas a las per­sonas sensatas, expuestas a su torrente de palabras. Algunos pensadores califican la estupidez como una agresión contra la sociedad. El estúpido llega a ejercer un «terrorismo intelectual» sobre su entorno porque, en la conversación, impone lo irrele­vante, salta entre temas y conti­nuamente se autoelogia. El ser inteligente, por el contra­rio, muestra una disponibilidad hacia lo real”.
La situación que vivimos los magangueleños nos hace victimas de algunos de estos estúpidos, que inmersos en su propia gloria, se creen dueños de la verdad, capaces de influir de manera definitiva en la sociedad y se dedican a utilizar los medios de que disponen para atacar a quien no satisface sus necesidades o exigencias personales. El lío jurídico que nos tiene sin alcalde y por ende estancados en la cloaca del atraso social y moral en la cual sólo se mueven y sacan provecho algunos seres propios de estos ambientes, parece no importarles, aprovechan los espacios que tienen para buscar su propio bienestar camuflando sus oscuras intenciones bajo el disfraz del “amor” que dicen sentir por nuestra tierra. Amor por Magangué. Estas tres palabras encierran mucho, demasiado para estos desalmados que ciegos por su codicia y afán de lucro personal nos creen estúpidos. Nadie que le haya hecho daño a Magangué puede decir que le ama; mucho menos si ese alguien le causó daño a Magangué ya sea por acción o por omisión, o por ambas cosas. Por acción porque habiendo ostentado un cargo desde el cual incidió directamente en el daño hecho a nuestra ciudad no hizo absolutamente nada para evitarlo, antes por el contrario guardó un silencio cómplice ante todo lo que sucedía y sólo Dios sabe si recibió alguna recompensa por esa omisión. Cabe aquí preguntarse ¿por qué quienes alzan su voz de denuncia hoy, callaron de forma descarada hace apenas unos meses, por qué no denunciaron antes cosas más graves que las denunciadas ahora?. Ellos y Dios saben por qué lo hicieron o por qué no denunciaron.
De todas formas en lugar de dedicarse a influenciar a una comunidad indefensa o creerse los dueños de la verdad, deberían demostrar sus buenas intenciones llevando a cabo verdaderas investigaciones sobre tanta inmundicia que existe en la ciudad. Algunos medios de comunicación deberían preocuparse menos de hacer encuestas políticas y de servir de caja de resonancia a quienes nos creen tan estúpidos como para elegirlos en cualquier cargo y, preocuparse más por denunciar, investigar y destapar la forma como manejan los dineros públicos o por la forma como algunas empresas de servicios públicos abusan de la comunidad, ¿por qué en Magangué desde que llegó la empresa de TV. Cable la gente pobre perdió la señal de la TV. Nacional y tiene que afiliarse obligatoriamente a cualquier plan; por qué el agua sigue llegando cada cuatro días y no apta para el consumo humano, por qué nuestras calles se llenan de basuras cada vez que a la empresa de aseo le viene en gana, por qué nuestras calles parecen caminos de herradura en la luna. Por qué la gente se muere por la falta de un hospital público que atienda cualquier emergencia y por qué este pueblo se tiene que aguantar todo esto sumido en una ola de temor generalizada? Yo invito a todos los medios de comunicación local a que toquen estos temas, eso sí, llevando hasta el final dicha investigación y no continuar distrayendo a la ciudadanía tocando superficialmente cualquier tema. Es decir utilizar las herramientas que tienen y desenmascarar a tanto hipócrita que dice amar a Magangué.
Los magangueleños somos gente buena, pasiva, aguantadora, honesta, mansos; pero jamás seremos estúpidos.

martes, 17 de febrero de 2009

La Iglesia Católica Ante Las Calamidades

Por: Julio Alberto Caro Díaz

Tomado de Semana.com, 5/12/2008


La Iglesia católica, una institución con una dimensión histórica y social innegables.


Esta crónica debería llamarse un día en la vida de un Sacerdote Católico. Esa persona que sin tener en cuenta el riesgo de su integridad física se interna en las más peligrosas zonas de la geografía mundial para llevar esperanza por medio de la Palabra de Dios a quienes se encuentran en los lugares más recónditos del planeta. Como base para dicha crónica hemos tomado la referencia de uno de los sacerdotes de nuestra Diócesis de Magangué.

Cuando uno dice Alfaro Casares Hurtado la mayoría de la gente no sabe a quien se refiere; pero si decimos el Padre Enrique inmediatamente todos los católicos de Magangué y el Sur de Bolívar sabemos de quien se trata. Alfaro Enrique Casares Hurtado, un hombre de Dios, nacido un 11 de febrero por allá en los años sesenta y tantos, proveniente de un hogar conformado por Joaquín Casares y Carmen Hurtado. Criado con buenas costumbres y educado bajo el manto de la Iglesia fundada por Jesucristo a través de sus discípulos; la Iglesia Católica. Alfaro, como lo conocemos sus familiares y amigos de infancia, siempre fue el serio de la cochada, con sus juegos y picardías naturales de cualquier niño, pero enmarcado siempre en hacer bien las cosas y evitando hacer daño a cualquier ser humano o a cualquier animal irracional. Desde su adolescencia se unió a los grupos juveniles de la parroquia de La Inmaculada Concepción, después ingreso al Seminario del Espíritu santo en La ceja Antioquia ordenándose Sacerdote hace aproximadamente 15 años. Desde entonces su vida sacerdotal se ha desarrollado en los pueblos veredas del Sur de Bolívar, lugares por los que él disfruta “patrullar” pueblos y veredas a los que muchos Sacerdotes visitan personalmente llevando, además de la ayuda por medio de mercados, medicinas y ropa, ánimo y esperanza por medio de la Palabra de Dios a quienes se encuentran sufriendo las inclemencias atmosféricas y problemas de orden público.


Hace escasamente ocho meses el padre Enrique fue nombrado Párroco de San Pío X aquí en la cabecera municipal. Bajo la jurisdicción de esta parroquia se encuentran los corregimientos de Madrid, Puerto Nariño, Retiro y Guazo, poblaciones que en la actualidad se encuentran sufriendo los rigores de la inundación producida por el inclemente invierno que azota a nuestro país. Hasta allá se desplaza dos y tres veces a la semana el padre Enrique sin importar el estado del tiempo o de las vías; en verano lo hace en un vehículo asignado a la parroquia en compañía de varios jóvenes de ambos sexos que voluntariamente le ayudan a predicar y socorrer a las comunidades, en invierno en moto hasta donde se lo permiten las inundaciones el resto del recorrido lo hace a pie y en canoas impulsadas por los lugareños que lo esperan ansiosos. Los domingos, cuando la mayoría de nosotros nos dedicamos a recrearnos y descansar junto a nuestras familias, muchos sacerdotes como Baudilio, Javier, Carlos, Felipe, Alfredo, Julio, José, Rafael, Uvaldo, Daniel, Humberto, Andrés, Lewis y Leonardo al igual que Enrique, se levantan a las cuatro o cinco de la mañana y se preparan para comenzar su tarea evangelizadora, en carros, en motos, a lomo de mula y a pie en muchos casos se desplazan a los pueblos y veredas como lo hizo Jesús llevando esperanza a todas las personas sin distingo de raza o clase social. Con sus morrales al hombro, en los que solo llevan los utensilios sagrados para celebrar la Eucaristía se le miden a corrientes de agua, caminos que son lodazales, retenes de grupos armados al margen de la Ley e incluso poniéndole el pecho a las amenazas personales cumplen con su tarea de evangelizar sin pedir nada a cambio.


Es común ver a los sacerdotes católicos llevando mercados, medicinas y proyectos para beneficiar a los más pobres y necesitados, es de todos sabido como la Iglesia católica lleva acabo programas para dar vivienda digna a quienes no cuentan con ella, como ofrecen asistencia médica y educativa a los más pobres, sin exigir diezmo. Y lo más importante el Pan de Vida que llevan a las comunidades celebrando la Sagrada Eucaristía desde pequeñas canoas en los pueblos y veredas que se encuentran anegadas como podemos observar en las fotografías de este reportaje.


El ejemplo tomado a partir del Padre Enrique no es único, como decimos al comienzo en todo el planeta millones de sacerdotes dedican sus vidas a servir, a seguir el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo que dio su vida a cambio del perdón de todos nuestros pecados. Ellos, los sacerdotes católicos ponen en práctica ese hermoso ejemplo: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos” Al hacer esto el Señor nos mostró el verdadero amor. La palabra “amor” (ÁGAPE en el griego) se puede definir como aquel atributo divino que siempre busca el bien del amado, aunque ese amor sea correspondido o no.

Por esa tarea evangelizadora, Gracias a todos los sacerdotes católicos, gracias a todas las personas que sin pedir remuneración alguna salen a cumplir con la tarea que les dejó Jesús en esta tierra: "Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación”.

viernes, 13 de febrero de 2009

El placer de vivir en Magangué

Por: Julio Alberto Caro Díaz

Tomado de Semana.com 16/05/2008

Julio Alberto Caro retrata el pasado prospero de su pueblo y el presente amargo de lo que iba a ser y no fue.

El mejor vividero del mundo. Con esta frase se resumía Magangué. La llamaban la tierra del Bocachico y algún locutor barranquillero le decía la tierra del Coroncoro Muelón o la tierra del cacho y no precisamente por las astas de nuestras vacas, sino, por el supuesto gusto que tenían las mujeres magangueleñas en serle infieles a sus maridos. Nada más lejano a la realidad, la mujer de esta tierra es humilde, trabajadora, abnegada, buena madre, buena hija, leal y con algunas excepciones fiel. Siempre ha sido más válida la primera frase, Magangué a través de su historia puede demostrar que es una tierra noble, pacifica y pródiga para todos sus habitantes, a la orilla del Río Magdalena se mueven grandes fortunas representadas en víveres y mercancías que vienen y van hacia los lugares más insospechados de la geografía nacional.

Hace muchos años Magangué era una ciudad pujante, llena de oportunidades en donde se amanecía sin un peso en el bolsillo, pero que a media mañana ya se contaba con algún dinero producto del trabajo proveniente del movimiento comercial del río, que necesitaba de la mano trabajadora del hombre y la mujer magangueleños. Aquí se acopiaba toda clase de cosechas, sorgo, maíz, arroz, algodón, plátano, yuca, ahuyama y cuando éstos escaseaban llegaba la subienda.
Con la subienda de pescado venía también la mejor época para los camioneros, empacadores de hielo, clasificadores, dueños de pesquera y lógicamente para los pescadores. Quienes nos desempeñabamos en alguno de estos sectores encontrabamos cada año en ella la oportunidad de ganar e invertir muy buenos recursos económicos, ya que los costos de cualquier oficio relacionado con la producción pesquera se disparaban debido a la gran cantidad de peces que eran recibidos de los ríos Cauca, San Jorge y Magdalena e inmediatamente despachados a todas partes del país. Cuando se acababa la subienda llegaban de nuevo las cosechas y los sectores antes mencionados como el de los coteros (estibadores fluviales y terrestres), dueños de arroceras, depósitos y bodegas continuaban trabajando incansablemente.

Magangué era un paraiso en donde propios y extraños se ganaban la vida honradamente, aquí no había miseria ni se le paraba bolas a la política, ese era otro cuento en el que quienes lo integraban se preocupaban sólo en mantener viva en sus electores la llama del interés por medio de servicios y favores. Pero todo cambia, y nuestra ciudad no es la excepción. Llegó la guerrilla, luego los paramilitares, nuestros campesinos fueron siendo atacados por ambos grupos, las cosechas comenzaron a dismimnuirr, el pescado a excasear, las lanchas o remolcadores dejaron de navegar nuestro río porque cada vez que subían eran atacadas por la guerrilla y sus ocupantes masacrados. El pálido esmeralda del plantío que menciona nuestro himno se fue acabando paulatinamente, el caudal del Río Grande de la Magdalena se convirtió poco a poco en la cloaca más grande que haya existido jamás y sus peces fueron desapareciendo. El Coroncoro es historia, el bocachico aunque sigue llegando, no es siquiera un 20% de la cantidad que llegaba y su tamaño alcanza a duras penas la talla mínima.
Aun así Magangué sigue siendo la ciudad cosmopolita de corazón abierto al mundo entero en donde quienes la habitamos encontramos la forma de sobrevivir y dar a nuestras familias lo necesario para subsisitir. No importa que el servicio de agua potable sea pésimo, que a ninguna autoridad le interese tomar correctivos para que esto no suceda y nuestros niños se mueran de diarréa o de cualquier otra infección causada por los agentes contaminantes que trae el agua que consumimos. No importa que en la actualidad nuestro municipio se encuentre prácticamente sin gobierno dado el interés mezquino de siniestros personajes que desde la sombra se interponen a la voluntad de todo un pueblo para continuar apropiándose de los recursos oficiales valiendose de artimañas propias de mentes más retorcidas que una habichuel. “Este pueblo se acabó” dice Nilce Lugo, mientras que Enrique Redondo más conocido como “Mazamorra” reafirma lo dicho por ella, asegurando que “Magangué va pa’ tras”. Ojala fuera pa’ tras dice mi hijo de apenas 18 años, si Magangué fuera p’a tras nosotros los jóvenes tendríamos futuro; pero vamos es cayendo. Es en un pozo sin fondo del cual sin la participación de todos no podremos salir jamás.
Aquí se nos cobra uno de los impuestos al alumbrado público más caro del país (el 10% sobre el costo de la facturación), el servicio de aseo en la actualidad es completamente nulo, las calles se encuentran llenas de basuras malholientes, el agua potable, ahora que el servicio es bueno, nos llega cada dos días y por solo cuatro o cinco horas, las vías urbanas se encuentran en pésimo estado y el servicio público de transporte se acabó.
Esta es Magangué, una ciudad que sobrevive contra toda clase de males y de problemas, que sigue adelante como su Río, sin posibilidad de echar marcha atrás, sobreponiendose a la adversidades y de la cual a pesar de los muchos problemas que tenemos, no nos queremos marchar, porque Magangué es eso: EL MEJOR VIVIDERO DEL MUNDO